domingo, 27 de mayo de 2012
Mientras Europa detiene el shale gas por temor a la contaminación, Argentina la promueve
Sin legislacion, sin experiencia y seguramente con pobres recursos, nos lanzaremos a una aventura que puede costarnos muy caro.
Mientras en Argentina se pretende dar rienda suelta al Shale Gas o gas de esquistos, en el mundo por temores cada vez más fundados, comienzan a detener los proyectos.
En Neuquén ya comenzaron en la zona de Vaca Muerta, mientras que en Santa Cruz, Fomicruz anunció que realizará estas peligrosas operaciones en la zona de Glencross, a pocos kilómetros del límite con Chile.
En EEUU los impactos son de dimensiones desconocidas y se espera que para el 2014 estén los resultados de la evaluación y cuantificación de los mismos.
Miles de estadounidenses, de las regiones donde se explota el Shale Gas, se ven afectados en su salud a consecuencia de los más de 500 químicos que utiliza la fractura de la roca y la contaminación con gas de sus fuentes de agua potable.
La Europa de los 27 países de la Unión no baila la danza del nuevo ícono del negocio energético mundial, la de los enormes yacimientos descubiertos de "shale gas" y "shale oil", o sea el gas y el petróleo derivados de la explotación de los esquistos bituminosos (rocas que contienen petróleo, que se extrae triturando esas rocas). El diario Gazeta Wyborcza de Varsovia informó que Francia, Bulgaria, Rumania y la República Checa han suspendido la explotación de sus yacimientos por razones ambientales.
En Polonia, los gases liberados por los esquistos de las llamadas piedras pizarra se convirtieron en un sueño nacional de autonomía energética cuando los técnicos norteamericanos estimaron reservas enormes. Pero el instituto geológico nacional polaco estableció que los yacimientos son apenas un quinceavo de lo que se había estimado.
La desilusión polaca ha convertido al pueblo de Juan Pablo II en un fiero defensor del medio ambiente. En su edición de ayer, la Gazeta Wyborcza anuncia que también el ministro checo del ambiente prepara una moratoria de entre 18 meses y dos años para la explotación del "shale gas" en su país. El mes pasado el gobierno de Praga revocó las dos concesiones de exploración concedida a la compañía australiana Hutton.
El diario polaco afirma que en Rumania el nuevo gobierno de Victor Ponta se pronunció a favor de congelar las exploraciones para hallar el gas de esquisto hasta que se concluyan las investigaciones europeas acerca de los efectos sobre el medio ambiente de la técnica de fracturación hidráulica.
En Estados Unidos, la explotación del "shale gas" y el "oil gas" ha cambiado totalmente el panorama y ahora el país se proyecta hacia el autoabastecimiento. En la Argentina, buena parte de las esperanzas de recuperar la autonomía energética descansan en lo que pueda aportar el superyacimiento de Vaca Muerta, en Neuquén.
La decisión de Rumania golpeó los proyectos de la norteamericana Chevron, que es titular de cuatro concesiones de exploración. Chevron recibió el pedido de sondear algunos yacimientos de esquistos también en Bulgaria, pero el Parlamento de Sofía resolvió prohibir en forma permanente las perforaciones en busca de gas y petróleo de esquistos.
Según el semanario alemán Der Spiegel, también el ministro alemán del Ambiente, Norbert Rottgen, pone en discusión, apoyado por su colega de Economía, Philipp Roester, la técnica de la fracturación hidráulica por sus efectos contaminantes
Fuente: Propia - julio Algañaraz (iEco)
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