Esta imagen satelital muestra las luces de los buques frigoríficos que pescan durante la noche en el Mar Argentino.
En la misma imagen se puede observar la zona demarcada, que unilateralmente el gobierno británico decidió tener como exclusividad pesquera después de la Guerra de Malvinas. Antes de la Guerra de Malvinas en 1982, la zona marítima económica de los malvinenses se extendía a 3 millas marinas al rededor de las islas. Al finalizar la guerra se extendió, a la denominada "zona de exclusión", que llegaba a las 200 millas marinas al rededor de las islas..
Pero no solo puede verse la zona en la que Argentina no tiene control soberano, sino que el área de pesca incluye parte de la plataforma argentina. Este área económica es responsabilidad del gobierno y no es controlada a pesar de los U$S 4000 millones que perdemos anualmente por pesca ilegal.
Argentina no cuenta con recursos para el control, ni aviones ni radares, ni barcos, las fuerzas armadas y de seguridad tienen los más bajos presupuestos de las últimas décadas y los buques pesqueros asiáticos y europeos las más sofisticadas tecnologías, otra vez parece que libramos en el Atlántico Sur una guerra despareja como en 1.982.
En varias oportunidades hemos publicado artículos sobre la depredación del recurso pesquero, que consideramos uno de los principales recursos del país, sin embargo, nunca ningún funcionario, provincial o nacional, salio a refutar nuestras afirmaciones. Sabemos que ahora, como antes, tampoco lo harán, simplemente por el hecho de que tenemos razón.
Mostramos la desaparición de merluzas en el Golfo San Jorge después de la actividad sísmica en busca de petróleo, mostramos la eliminacion de fauna acompañante, denunciamos la contaminación de los estuarios por parte de los frigoríficos, denunciamos la proliferación de “langostillas” en las costas por la modificación de los ecosistemas marinos.
Es poco lo que se puede hacer desde nuestras notas, el poder económico y político es más fuerte, pero así y todo seguiremos denunciando el saqueo y destrucción de lo que es nuestro.
Por nosotros, por las generaciones futuras y por el valor de la vida de quienes alguna vez la ofrecieron en una guerra desigual.
Fuentes: image-share.com ; El Malvinense, Ligth Polutiom Italia