domingo, 27 de septiembre de 2009

27 de setiembre "DIA DE LA CONCIENCIA AMBIENTAL"


Declarado en 1995 por Ley 24605 del Ministerio del Interior, en memoria de las personas fallecidas como consecuencia del escape de gas cianhídrico ocurrido en la ciudad de Avellaneda, Provincia de Buenos Aires, el 27 de septiembre de 1993.

Es una fecha en la que se nos hace propicio reflexionar sobre lo que sucede a nuestro alrededor y nuestra relación con el ambiente que nos rodea.

Hablamos de la pequeñas cosas cotidianas, y también de las originadas en los actuales modelos de producción por el impacto social y ambiental que provocan y que están asociadas a la búsqueda de satisfacer objetivos económicos sin considerar el bienestar común y también muchas veces "saltando" por encimas de las normas establecidas o interpretando estas de acuerdo a las conveniencias particulares.

¿ Hasta donde podremos seguir avanzando en este ritmo vertiginoso que la civilizacion actual nos plantea?

Esta es una pregunta sobre la que aun no podemos imaginar con precision una respuesta, pero si comparamos como era nuestro entorno hace 20 años y como ha sido modificado hasta hoy, podemos concluir que el evidente deterioro nos permite visualizar de seguir en este camino, un futuro bastante complicado.

A lo largo de toda la zona cordillerana, las explotaciones mineras a cielo abierto de Bajo La Alumbrera y Veladero, por citar sólo las más conocidas, están destruyendo el paisaje, los glaciares y un modo de vida sustentable, secando las escasas reservas de agua y contaminando con cianuro más allá de las fronteras provinciales tal como se ha podido detectar en Río Hondo (Santiago del Estero).

En el centro del país, y en un salvaje proceso de expansión de las fronteras agropecuarias, se destruyen e incendian montes y bosques nativos, se avanza sobre tierras no aptas para la agricultura, expulsando a miles de pequeños productores y trabajadores del campo, que terminan engrosando las villas miserias de las grandes ciudades. Por otra parte se elimina la biodiversidad y se modifican los ciclos agrícolas, abriendo paso al monocultivo de soja transgénica, con el sistema de siembra directa y más de 180 millones de litros de pesticidas por campaña rociados sobre las cabezas de la población urbana y rural, que ya comienza a sufrir las consecuencias de una década de fumigaciones en forma de alergias respiratorias, enfermedades cutáneas, cánceres de distinto tipo y malformaciones congénitas. El paisaje cotidiano de silos y máquinas fumigadoras dentro de las áreas urbanas, otrora símbolo de progreso, comienza a percibirse como una agresión a la salud de los ciudadanos, que se movilizan en Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires, Chaco y Entre Rios.

El mar continental y nuestros rios, se encuentran en un franco proceso de agotamiento por sobreexplotación: ni sábalo ni merluza forman parte importante de esa variada fauna icticola que nos caracterizaba hasta hace unos años. Y con ellos, desaparece toda una sociedad y una cultura relacionada a estos recursos.

La destrucción de los hábitat naturales conlleva la desaparición o retroceso de flora y fauna autóctona.

Están en extinción, especies enteras de pájaros, insectos, pequeños y grandes mamíferos, hierbas, arbustos y árboles, que cumplen una función esencial en el mantenimiento de los sistemas biológicos que se encuentran sitiados por la agricultura, las urbanizaciones, las vías de comunicación y el cambio climático.

En el polo opuesto se encuentra una política gubernamental errática en cuanto a la conservación de áreas naturales: el monte chaqueño, la Selva de Montiel, la selva misionera y próximamente las Yungas y los últimos bosques nativos del chaco árido y del espinal, serán recordados sólo en fotografías.

De no ser asi esta condenado, y con él, todos nosotros.

Una mension especial le debemos a la problemática urbana, sobre la que no visualizamos políticas de estado diseñadas de acuerdo a las necesidades presentes y futuras.

Basura, crecimiento urbano, agua potable, tratamiento de efluentes cloacales, son la gran deuda social pendiente.

Reflexionemos sobre nuestro futuro, de todos nosotros depende.