miércoles, 23 de octubre de 2013

Un sismo que puede provocar una tragedia

El sismo de 4.3º ocurrido el pasado martes 22 de octubre de 2013, a pocos kilómetros de la Central Termoeléctrica de Carbón de Río Turbio es desestimado por la empresa española Isolux Corsán y los organismos de control, a pesar de los riesgos a los que están expuesto los pobladores y trabajadores de la Central.

Un nuevo movimiento telúrico se registró la tarde del martes 22 de octubre de 2013, en la Región de Magallanes, en el extremo austral del país trasandino y a unos 60 kilometro de Río Turbio. Según informó el Centro Sismológico Nacional de Chile, el sismo se produjo a las 15:29 horas y tuvo una magnitud de 4,3º en la escala de Richter.

El epicentro estuvo 273 kilómetros al noroeste de Punta Arenas y el hipocentro a 10 kilómetros de profundidad.




Los datos confirmados por el organismo sismológico oficial de Chile fueron los siguientes:


Sin embargo la empresa española que construye la Central Termoeléctrica desestima los efectos que puedan llegar a causarse si ese epicentro se corre unos pocos kilómetros y afecta directamente a la planta ubicada dentro de un ejido urbano.

Esta afirmación se encuentra en el Estudio de Impacto Ambiental aprobado por la Subsecretaria de Medioambiente de la provincia de Santa Cruz desde el año 2.008.


La Central Termoeléctrica cuenta con dos gigantescas calderas de vapor a alta presión, que ante una fisura, pueden comportarse como dos bombas con consecuencias directas para quienes trabajan en la central y quienes se encuentren en un radio de acción medio.

Pero eso no es lo más riesgoso, la Central almacena de varias decenas de toneladas de Amoníaco a presión. Si los tanques o las cañerías que lo contienen llegan a tener una fuga, se pone en riesgo a la población circunscripta a varis kilómetros de la Central, ya que es un gas altamente tóxico y que por su peso no se diluye fácilmente en el aire.

La población desconoce los riesgos directos a los cuales está expuesta y mucho menos cuenta con un plan de evacuación ante un accidente de esta naturaleza.

Solo queda esperar que Dios ayude a los 20.000 habitantes de la cuenca, que confían en que un sismo "no involucra consecuencias secundarias" como afirma la empresa española Isolux Corsan y refrendan los organismos de control.