martes, 7 de febrero de 2012
Quien contruye la Megausina (ISOLUX) en un juicio millonario por contruir una usina que no funciona
La disputa es por la construcción de una generadora eléctrica en Neuquén.
La usina térmica de Loma de la Lata –una de las más moderna del país– quedó envuelta en una marcada pelea económica y judicial que va camino a dirimirse en una corte internacional .
Los protagonistas de la batalla –que concita cada vez más atención de las energéticas locales y del Gobierno– son el grupo Pampa Energía (que comanda Marcelo Mindlin y que es el dueño de la central neuquina) y la española Isolux, que encabezó el consorcio encargado de ampliar la central con un “ciclo combinado”.
El origen del conflicto se remonta a 2008. Ese año, Pampa Energía adjudicó la provisión de la usina “llave en mano” –con una inversión de $ 1.000 millones, de los cuales $ 660 millones fueron financiados por la ANSeS – a la sociedad liderada por Isolux, que había subcontratado como proveedora tecnológica a Siemens.
La nueva turbina de 180 MW –que se sumó a las tres de 125 MW que ya tenía la central– se inauguró en noviembre de 2010 y, desde ese momento, registró una inusual sucesión de fallas que le impidió funcionar a pleno. El primer contratiempo se dio en febrero por un desperfecto en el sistema de control que dañó el generador.
La reparación del equipo provisto por Siemens quedó a cargo de Isolux y demandó casi 7 meses de trabajo . Por el tiempo que estuvo inactivo, Pampa Energía cobró más de US$ 40 millones en indemnizaciones del constructor y de las aseguradoras de la obra.
En los últimos meses, afloró otro problema. Se detectó un error de diseño en el álabe (un componente) de la turbina que provoca que funcione con una potencia máxima de 165 MW en lugar de los 175 MW que prevé el contrato. Tras asumir la responsabilidad del fabricante, Isolux negoció una nueva indemnización por US$ 18 millones y la reposición de la pieza en un plazo de 18 meses.
Tras un preacuerdo que habían alcanzado las dos partes, la usina –con 10 MW menos de potencia– entró en servicio comercial recién hace dos semanas.
En ese momento, se disparó un nuevo cortocircuito. Pampa no aceptó firmar la recepción definitiva de la planta y ejecutó una parte de los avales bancarios de la obra que había presentado Isolux.
La respuesta de la contratista fue una demanda en la Cámara de Comercio Internacional de París , para que por un arbitraje se resuelva la recepción de la obra y el reintegro de los avales ejecutados.
Tras acusar recibo de la denuncia, Pampa anticipó que irá a la corte internacional para rechazar el planteo y exigir un nuevo “resarcimiento integral” . Todo indica que no hay posibilidad de acuerdo y que la pelea será larga.
Por Antonio Rossi
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